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Miguel P. León Padilla

Participa en MUSICALITURGICA.COM en el Servicio Litúrgico, aportando cada semana una homilía para el Domingo correspondiente.
Sacerdote de la Diócesis de Segorbe-Castellón.

Domingo, 10. Julio 2022 - 08:25 Hora
XV Domingo TO (ciclo C)

1L.- Moisés predica la alianza e inculca el cumplimiento de los mandamientos como camino de vida. No son inasequibles, ni difíciles. Dios se revela y se acerca al hombre en ellos. Está ya en el corazón de quienes le han encontrado como salvador. La obediencia a su palabra es la respuesta en amor, a quien en amor se nos adelantó.
2L.- Es un himno a la gloria de Cristo, imagen del Dios invisible, creador y redentor. Se divide en tres partes: 1- Alabanza a Cristo, creador de todas las cosas; 2- acción de gracias por el redentor, Cabeza del Cuerpo de la Iglesia y
3- honor a Aquel que lo ha reconciliado todo en El.
Ev.- El pasaje del buen samaritano. El sacerdote y el levita tenían miedo a contraer una impureza legal, y no poder cumplir con el culto, si se acercaban a un muerto. Sin embargo, el samaritano, que para los judíos ortodoxos era un cismático y hereje, no dudó en acercarse y atender al herido. Sólo él se portó como prójimo.
PARA LLEVAR A LA VIDA
Con esta parábola Jesús pone en evidencia a todos los que se las dan de religiosos y sólo saben encogerse de hombros ante las necesidades de los otros. Han convertido a Dios en una excusa para encerrarse en sí mismos, e ir a la suya. Andan autoconvencidos de que primero es Dios y desatienden al prójimo, para quien nunca encuentran tiempo ni voluntad de atender por sus múltiples obligaciones.
Pero Jesús enseña que, para llegar a Dios, necesitamos detenernos en el camino y atender al prójimo: en él está Dios esperando nuestro servicio. No pasemos de largo para ofrecer «un culto vacío». Si Eucaristía es celebración de amor concreto y manifiesto, hemos de llegar a ella tras haber socorrido la necesidad de cuantos encontremos maltrechos y dolidos, necesitados de atención y ayuda, a nuestro alrededor, en nuestro caminar, y sólo entonces nuestro culto será sincero y grato.

Viernes, 1. Julio 2022 - 07:46 Hora
XIV Domingo TO

1L.- La Jerusalén del futuro es descrita por el Profeta como una madre que sin dolor pare hijos numerosos y los cubre de cariño. Los que por ella sufrieron en la humillación podrán hacerle fiesta; lo harán todos los pueblos. El simbolismo del amor filial y maternal habla de Dios, anuncia paz, ensancha la esperanza y hace sentir presencia salvadora.
2L.- Pablo se siente como pertenencia de Jesús, lo que muestra no sólo verbalmente, sino con las señales (heridas) de las persecuciones y malos tratos sufridos por su causa.
Ev.- el envío de los 72 y las instrucciones para la predicación
PARA LLEVAR A LA VIDA
Jesús formó a sus discípulos no sólo con sus enseñanzas, sino enviándolos a realizar la misión. Por esto envió a los setenta, al poco tiempo de conocerlos.El número de los enviados representa a las naciones paganas. Prefigura la tarea que ha de cumplir la Iglesia hasta el fin del mundo: evangelizar a las naciones.
Cristo les apremia a difundir noticia del reino: la mies es abundante y los obreros pocos. Esta es la situación, hacen falta obreros de la paz y del bien.

Y alienta a hacerlo conscientes de la resistencia y oposición que encuentra su instauración. Las exigencias de la misión insisten en la disponibilidad necesaria para hacer una predicación eficaz del reino: (no llevar nada, no saludar a nadie, no andar de casa en casa, sacudir el polvo del calzado). Es decir, hay que presentarse ante los hombres con el mismo desasimiento que ante Dios. No hay que detenerse a "saludar" a nadie; es decir, no deben buscar el cobijo de las caravanas de viajeros para sus viajes, han rechazar esa forma de seguridad. Porque deben de poner su confianza exclusivamente en quien les envía. Advierte que no anden de un lugar a otro en busca de un hogar cada vez más confortable, sino que dediquen todo su tiempo a la misión.
Imágenes todas ellas evocadoras y al servicio de la urgencia de que el Reino de Dios sea una realidad. Los hombres necesitan una palabra de ayuda, de esperanza, de salvación, y esto es del mensaje de Dios, que se concreta de forma muy especial en acogida, perdón, amor y fraternidad, auténtica comunidad.
El Reino de Dios es para aquí, para ahora y para vosotros. Ya ha empezado. Hay que dar respuesta. Nos interpela. El Reino de Dios es paz y buena noticia. Esto quiere decir Evangelio, y por ahí empieza Jesús su predicación.

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