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Miguel P. León Padilla

Participa en MUSICALITURGICA.COM en el Servicio Litúrgico, aportando cada semana una homilía para el Domingo correspondiente.
Sacerdote de la Diócesis de Segorbe-Castellón.

Sábado, 20. Agosto 2022 - 14:03 Hora
XXI Domingo TO (ciclo C)

1L.-La salvación se define con el término «reunir». Es un movimiento contrario al de la dispersión babélica (Gen 11) y al de todas las expatriaciones. La unidad armónica es una esperanza; es sólo concebible bajo el signo del Dios universal. Signos particulares la anuncian y la señalan como meta.
2L.- Las tribulaciones que padecemos han de ser entendidas como una muestra de amor que Dios tiene a sus hijos. Un castigo justo y oportuno nos ayuda a alcanzar la verdadera paz y llevar una vida intachable.
Ev.- A Jesús le piden número y responde con un imperativo: esforzaos y entrad. Hace una invitación: la puerta está abierta, entrad... Jesús no quiere intimidar sino estimular.
PARA LLEVAR A LA VIDA
Jesús no contestó a la cuestión de si serían muchos o pocos quienes se salven. Y no contesta, porque lo que importa para ser salvo es el presente, lo decisivo es el "ahora".
Jesús enseña que salvarse o no, no depende de llamarse cristiano. Lo que cuenta son las actitudes, los hechos. No hasta con decir: que "hemos comido y bebido" contigo, que hemos participado en la Eucaristía, ni con recordarle que "tú has enseñado en nuestras plazas" (es decir, que hemos oído su Evangelio cada domingo, hemos ido a catequesis y recibido los sacramentos, etc.). De nada sirve eso si sus enseñanzas no han calado en nuestros corazones, si no nos mueven a vivir en sintonía con la voluntad de Dios.
Así se deduce de las palabras de Jesús que la salvación es cuestión de esfuerzo, es don y tarea: "esforzaos por entrar por la senda estrecha".«Entrar», «esforzarse», «puerta estrecha», son acciones y símbolos que invitan a la ascesis, a la renuncia, a adelgazar el ego y empequeñecer la soberbia.
A la hora de la verdad habrá muchas sorpresas, muchos últimos serán primeros y viceversa. Es una llamada de atención, una invitación a la vigilancia y al compromiso.
Jesús afirma que la salvación comienza aquí y ahora, y lo otro (lo de después) es plenificación de lo de "acá". Es un don generoso del amor de Dios al que ha de corresponder amorosamente el hombre, de modo solidario, ayudándonos unos a otros.

Lunes, 8. Agosto 2022 - 09:31 Hora
XX Domingo TO (ciclo C)

1L.- La voz del profeta se alza para proclamar lo inoportuno de una alianza con Egipto en contra de Babilonia. La voz del profeta es molesta y los poderosos intentarán suprimirlo.
2L.- El apóstol advierte a cuantos empezaban a cansarse y desertaban de la fe ante las dificultades, que aún no han sangrado en su pelea. Les anima a mantenerse en la fe en un ambiente de oposición, ya que el mismo Jesús experimentó persecución.
Ev.- Jesús desvela que su intención es imprimir en el mundo una lucha contra el mal; su evangelio no es una noticia tranquilizante sino inquietante, que engendra división hasta incluso en el hogar.
PARA LLEVAR A LA VIDA
El Evangelio hoy cobra el estilo profético, el lenguaje que recurre a imágenes expresivas para transmitir un mensaje impactante. El fuego del que Jesús habla es el que abrasa y aniquila las mentalidades y modos de proceder mundanos. Hay que tomar partido...
Ser fiel al Evangelio y sus exigencias provoca conflicto. Crecemos y somos educados en una sociedad cuyos valores y cuya lógica están muy alejados de los de Cristo. Por ello, frente a quienes viven de verdad como cristianos, muchas gentes reaccionan con hostilidad, burla e incluso persecución.
Vivir el evangelio supone adoptar un estilo de vida muy diferente, que implica lucha contra uno mismo (los propios defectos, los pecados, las tendencias naturales...), Y supone abnegación, renuncia, tensión.
Sin embargo el cristiano tibio, el incoherente busca la paz, compaginar el evangelio con las exigencias del mundo, disimulando sus propios principios y convicciones para ser aceptado. Pero se engañan porque no hemos de olvidar que la paz de Cristo, está hecha de fuego y de lucha.
La participación en la Eucaristía, cuando es sincera y coherente, de es un signo de la unidad que suscita el profetismo cristiano que anuncia a los hombres que se puede -se debe- vivir de otro modo a como enseña el mundo; pero esto es incómodo, exige valentía, desenmascara la falsa paz y requiere soportar el rechazo y la oposición... Por eso hay tanto cristiano de pacotilla.
Celebrar la Eucaristía es celebrar la cruz de Cristo, cuya sangre que inició y completa nuestra fe. Una cruz que adoramos pero pocos están dispuestos a abrazarla

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