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Miguel P. León Padilla

Participa en MUSICALITURGICA.COM en el Servicio Litúrgico, aportando cada semana una homilía para el Domingo correspondiente.
Sacerdote de la Diócesis de Segorbe-Castellón.

Domingo, 6. Noviembre 2022 - 09:37 Hora
XXXII Domingo TO (ciclo C)

1L.-Los mártires macabeos, alentados por la fe en una vida eterna, se mantienen firmes e insobornables en el cumplimiento de la Ley. Saben que Dios, que les ha dado el cuerpo, es también poderoso para resucitarlo.
2L.-"la fe no es de todos", no todos llegan a la fe, la respuesta al evangelio es un acto libre. la predicación evangélica provoca a veces un rechazo y una reacción violenta.
Ev.-los saduceos se acercan a Jesús para ponerle a prueba. Inventan una historia extraña, sobre lo dispuesto por la ley de "levirato",con el ánimo de hacerle quedar en ridículo.
PARA LLEVAR A LA VIDA
Jesús resuelve la dificultad y les hace reparar en su ignorancia sobre la Sagrada Escritura. En ella no se dice que la existencia futura de los resucitados sea exactamente igual que esta vida terrena. Una vez glorificados, las pasiones y la procreación no será necesaria. La vida de los resucitados sera como la de los ángeles. Lo que viene a significar nuestra liberación de todas las necesidades a las que estamos sometidos los hombres en la tierra.
Resuelta la absurda cuestión planteada, Jesús les ofrece un argumento positivo en favor de la Resurrección, apoyándose en Ex 3. 6 (libro del Pentateuco, cuya autoridad doctrinal era aceptada por los saduceos). Poniendo de relieve que la Palabra de Dios, con todas sus promesas a los patriarcas, no valdría nada si no les salvara de la muerte. Si Dios salva, Dios es un Dios de vivos y no de muertos. Y creer en un Dios de vivos implica creer en una forma permanente de vida con él: la resurrección. Que no es la mera reanimación de un cadáver. Supone un cambio cualitativo de la vida presente respecto de la futura.
La fe en el Dios vivo asegura que toda la realidad de la persona entra en una vida nueva y transformada.
N.B. Puede realizar cualquier sugerencia o comentario en el e-mail: mleonpadilla@gmail.com

Martes, 1. Noviembre 2022 - 08:28 Hora
Solemnidad de todas las santas y santos

1L.- La visión describe simbólicamente la Jerusalén celeste, la nueva sociedad de salvados, que inaugura el reinado de Dios. La marca indica pertenencia y protección. El número de los marcados es simbólico 12 por mil, equivale a una muchedumbre innumerable... Ya han alcanzado la gloria y la victoria simbolizadas por la túnica blanca y las palmas. Esa muchedumbre prorrumpe en un himno de agradecimiento. La salvación o victoria se debe a Dios y al Cordero; ocurrirá en un futuro pero este don requiere una respuesta humana en la lucha del presente, donde se fragua la eternidad.
2L.-El autor destaca el insondable amor del Padre que ha dado a los cristianos el nombre de "hijos de Dios".Aunque la filiación divina de los creyentes es ya una realidad, aún es una realidad escondida e incipiente. Cuando llegue a pleno desarrollo, los hijos de Dios serán alzados a la altura de los ojos del Padre, y le verán como él mismo les ve. Esta esperanza es la motivación cristiana de la santidad que nos anima a seguir el ejemplo del "Primogénito", de Jesucristo y a entrar por el camino de las bienaventuranzas.
Ev.- Jesús proclama la bienaventuranza de para sus discípulos como un poderoso estímulo para poder afrontar diversas situaciones, unas negativas que habrán de saber afrontar; y otras activas que habrán de promover. Las bienaventuranzas no son una enseñanza sino una declaración y una invitación. Jesús declara dichosos a cuántos, activamente se emplean en edificar un nuevo orden mundial: el reinado de Dios.
Para ello habrán de saber afrontar la pobreza, el llanto, el hambre y la sed, los malos tratos y la persecución... (situaciones de sufrimiento físico) con buen ánimo, sin dejarse vencer por el desaliento, sino empeñados en lograr la justicia, la construcción de un nuevo modelo de sociedad, el Reino de Dios.
No son las situaciones negativas la bienaventuranza sino la actitud de quienes no se dejan derrotar por ellas. Jesús abre un futuro y una esperanza. Nos anima a una voluntad decidida en transformar la realidad. A no permanecer pasivos, ante situaciones concretas injustas, sino a adoptar actitudes justas. Y por ello ya seremos bienaventurados en la esperanza, no infelices en la pasividad. Porque es Dios, quien hace justicia, el que nos llama dichosos.
La fiesta de hoy celebra a todas las mujeres y hombres de bien que alcanzaron la bienaventuranza por vivir y testimoniar esperanza; pero sobre todo nos estimula a procurar la en nuestra propia vida. Lo que aquellos lograron, también tú y yo podemos, debemos, hacerlo.
N.B. Puede realizar cualquier sugerencia o comentario en el e-mail: mleonpadilla@gmail.com

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