Miguel P. León Padilla
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Sacerdote de la Diócesis de Segorbe-Castellón.
Viernes, 7. Febrero 2025 - 22:41 Hora
V Domingo del TO (ciclo C)
1L.-Isaías recuerda su encuentro inefable en el templo y trata de entenderlo y de explicarlo sirviéndose de la circunstancia y del carácter del lugar. Su respuesta al Dios que le purifica y que le envía es la total disponibilidad. Su misión es llevar la palabra que purifique, como a él, al pueblo impuro.
2L.-Pablo sale al paso de la tendencia relativizadora de todo, recordando lo que está por encima de todo partidismo o ideología: la buena noticia de la muerte y resurrección de Jesús, el acontecimiento único que hace feliz a la humanidad.
Evangelio.- Desde ahora serás pescador de hombres
PARA LLEVAR A LA VIDA
Pedro conocía bien su oficio, sabía que la noche y no el mediodía era el tiempo propicio para la pesca. Con todo obedece al Maestro. La invitación a internarse en alta mar conlleva el riesgo a afrontar los temporales tan frecuentes como inesperados en el lago de Tiberiades. "Rema mar adentro y echa las redes para pescar". El riesgo de la pesca de altura, en medio del temporal, viene compensado por la abundancia de la pesca. Dios se manifiesta en un prodigio inesperado. Ante este milagro Pedro, lo mismo que Isaías ante la revelación de Dios, se siente sobrecogido y descubre su propia indignidad. Los compañeros de Pedro participan de los mismos sentimientos de temor y de asombro ante el milagro. Pero las palabras de Jesús les confortan y le capacitan para la misión que ha de recibir.
Para ser pescadores de hombres hay que estar dispuestos a abandonarlo todo. La pesca evangélica de seres humanos sólo se puede realizar en un contexto de absoluta generosidad y desinterés.Así le ocurre a la iglesia cuando anuncia el evangelio donde están los conflictos, cuando lleva la palabra de Dios a los problemas concretos.
Cristiano es el que conoce vivencialmente lo que transmite. En la Eucaristía nosotros profundizamos en el mensaje cristiano, que es el anuncio de la muerte y resurrección de Cristo. Ante la pesca milagrosa de tanta gracia, nosotros tenemos que responder con actitud consciente de fe personal.
Domingo, 2. Febrero 2025 - 18:55 Hora
IV Domingo TO (Fiesta de la presentación)
1L.-Malaquías escribe una de sus preocupaciones para responder a los escandalizados ante el hecho de que los los infieles (injustos y opresores), vivían mejor que los fieles. Por ello, anuncia el "Día de Yahvè", cuando Dios destruirá el mal para siempre y asegurará a los fieles una vida saludable.
2L.-Jesús, con sus sufrimientos, incomprensiones y muerte, consiguió el propio Jesús la perfección, la gloria y el honor de entrar en comunión total con Dios, por la muerte halló la vida y nos liberó de la angustia de la muerte.
Evangelio.- La presentación de Jesús en el templo
PARA LLEVAR A LA VIDA
Entre la inmensa muchedumbre que ha acudido al templo, Jesús pasa inadvertido. Los sacerdotes no advierten nada especial. María y José se mezclan entre la gente de manera que Dios acudió de incógnito a la cita con su pueblo. Pero un anciano y una anciana esperan discretamente en oración: esperan al Mesías, y esperan con la paciencia infinita. Por eso sus ojos medio cerrados reconocieron al Señor.
Simeón da al niño títulos anunciados por el profeta Isaías: "salvación de Dios", "luz para alumbrar a las naciones", "gloria de Israel". Es el esperado de los tiempos.
Estamos ante el primer anuncio del universalismo de la misión de Jesús.
Será salvador para todos. Pero por un desconocido misterio del mal y del duro corazón del hombre, lo que estaba destinado a la salvación se ha convertido para algunos en mensaje de contradicción.
Este será el trasfondo de toda la tragedia de Jesús. Cuando el creyente vive sus enseñanzas en una intensidad fuerte, puede hacer surgir la contradicción hasta en el seno de la propia familia. En esos momentos de incertidumbre es donde se calibra y mide la actitud que uno tiene ante el reino. Es preciso optar con decisión. Nuestro esfuerzo, cualquier trabajo pequeño o grande de nuestra vida, debe encaminarse a la construcción en nosotros de esta vida de cara a Dios. Jesús fue haciendo este camino, como primera etapa, en el seno de una humilde familia de pueblo. Siempre que Cristo acude a un encuentro, a una cita con nosotros, lo hace sin estruendo. Hoy acude pequeñín, como un recién nacido. Mañana acudirá discreto, como un amigo que llama a la puerta. Al atardecer, mendigará nuestra mirada, cuando lo expongan desnudo en una cruz. Y una vez resucitado, viene de nuevo, se aparece, pero nuestras manos no pueden retenerlo: apenas lo hemos reconocido, y ya habrá desaparecido.